Cuidándonos entre Mujeres en Cuba
Por Mennonite Women USA
4 de enero
de 2016
Luego de
presentar en Cuba los dos primeros seminarios sobre Cuidándonos entre Mujeres, Carolyn Heggen, psicoterapeuta
especializada en sanación de traumas, y Rhoda Keener, Directora de Sister Care de Mennonite Women USA,
visitaron el museo de arte de La Habana
Vieja. Conversaron brevemente con las dos distinguidas mujeres encargadas, y cuando
se iban, una de ellas les preguntó, “¿Tienen algún jabón?” Heggen, que había estado en Cuba antes y
sabiendo lo escaso y costoso que es el jabón allí, tenía dos jabones pequeños y
se los entregó a las mujeres.
En esta
exuberante y hermosa isla, la necesidad
de la gente de artículos esenciales contrasta con la calidad excepcional del
sistema educativo de Cuba, que provee educación gratuita para todos. Carreteras de cuatro carriles con buses
modernos y autos de fabricación china van lado a lado con autos Ford y Buick de
los años 40 y 50.
Y autos
Chevrolet van por la ruta junto a carros tirados por caballos.
Los seminarios
Cuidándonos entre Mujeres se llevaron a cabo en Camagüey y La Habana desde el
23 al 28 de noviembre, auspiciados por el Consejo de Iglesias de Cuba.
Participaron noventa mujeres de 17 denominaciones, incluyendo Metodistas,
Bautistas, Pentecostales, Presbiterianas, Ejército de Salvación y Cuáqueros.
Heggen y Keener
iniciaron cada taller pidiendo a las mujeres que formaran pequeños grupos que
reunieran una lista de desafíos encarados por las mujeres de Cuba. Muchas
anotaron dificultades económicas; aunque cada adulto recibe mensualmente una
asignación, la misma no alcanza para un mes.
Igualmente difícil resulta la escasez de artículos básicos. Los cubanos
piensan a menudo en el bloqueo de EE.UU. porque afecta sus vidas diarias. Una mujer dijo: “Cuando no encuentro algo en
el almacén, pienso, ‘Es por el bloqueo’.
Las familias a menudo se ven separadas por
causa de la migración. Muchos jóvenes han emigrado a los EE.UU. Hay tantos cubanos viviendo en Miami como en
La Habana. Así las familias se ven
separadas de por vida y sufren.
Midiam
Lobaina, del Consejo de Iglesias de Cuba, fue anfitriona de los seminarios.
Ella resumió
las necesidades de las mujeres de Cuba
diciendo: “Hay mucha escasez en Cuba, pero la más seria es la escasez de
esperanza”. Los anuncios tratan de
combatir esta falta de esperanza diciendo: “Somos una obra en marcha”, “Por
esta libertad tenemos que darnos totalmente”, y “En el sacrificio hay unión”.
Han transcurrido 50 años desde la revolución, y para muchos, la esperanza en
cuanto a la economía está desvaneciéndose.
El gobierno
ha pasado de ser un estado ateo a aceptar a las iglesias. La Dra. Ana Esmende
Delisle Grinan, que participó en el seminario en Camagüey, dijo que el gobierno
está ahora empezando a pedir ayuda a las
iglesias en cuanto a problemas de adicciones, VIH, cuidado de los ancianos, y
la restauración de los valores morales.
Cuba es el
13º país donde se realizaron seminarios de Sister Care.
Estos seminarios
brindan instrumentos para sanación personal para que las mujeres puedan ser
sanadoras de otras. Algunas reacciones a los seminarios:
“Me siento mejor equipada sabiendo cómo entender
mi propia historia de vida y cómo ayudar a otras”.
“He aprendido a ver la
belleza de mis sufrimientos y a ver cómo Dios puede sanarnos y usar nuestras
lágrimas”
“Me voy con una nueva esperanza y con ideas
sobre cómo ayudar a mi comunidad y a las hermanas de mi iglesia”.
Heggen
dijo: “Aunque los cubanos fueron enseñados a considerar que el gobierno de los
EE.UU. es la causa de sus carencias y problemas y a ver a los estadounidenses
como sus enemigos, me conmovió la cálida respuesta de las mujeres cubanas hacia
nosotras y hacia nuestras presentaciones. Aprendí mucho de ellas en cuanto a la
valentía y la perseverancia en situaciones difíciles y siento un grande aprecio
hacia nuestra comunidad de fe mundial.”
Izq. a der.
Rhoda Keener, Midiam Lobaina, Carolyn Heggen
La
invitación a compartir en Cuba seminarios sobre Cuidándonos entre Mujeres nos
llegó a través de la amistad de Elizabeth Soto Albrecht con Raquel Suárez, hija
de Raúl Suárez, fundador del Centro Martin Luther King en La Habana. Suárez
aconsejó que la actividad fuera auspiciada por el Consejo de Iglesias de Cuba.
Albrecht había planeado colaborar en la enseñanza, pero tuvo que cancelarlo por enfermedad en su familia.
El dinero
para los gastos de Mennonite Women USA fue provisto por donaciones individuales
y por el Fondo de Prevención y Atención del Abuso Sexual. El libro de Heggen, Sexual Abuse in Christian Homes and Churches
(Abuso Sexual en Hogares Cristianos e Iglesias) fue obsequiado al Consejo de
Iglesias. Muchas mujeres compartieron historias personales en cuanto al abuso y
la violencia sexual.
Debido
a las limitaciones económicas en Cuba,
se necesitó fondos para cubrir el costo de alojamiento, comida y viaje de las
participantes en Camagüey y La Habana. El Comité Central Menonita (CCM) y el Movimiento de Mujeres Anabautistas Haciendo Teología en América
Latina (MTAL) aportaron esos fondos.
Keener dijo. “Aunque no participaron mujeres Menonitas ni Hermanas en Cristo,
fueron invitadas, y se iniciaron importantes conexiones con el CCM y MTAL.
También respondimos al pedido de un líder cubano de la iglesia interesado en
literatura Anabautista de paz. Esta ha
sido una extraordinaria oportunidad de conectarnos con la iglesia mundial.” (Trad. Milka R.)
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