jueves, 4 de noviembre de 2021

PERSONAJES QUE DEJAN HUELLA ENTRE LOS ANABAUTISTAS

PERSONAJES QUE DEJAN HUELLA

MARICELA YANETT PALACIOS URIZAR

1 Noviembre 2021

Mi nombre es Maricela Yanett Palacios Urizar. Inicié mi seguimiento a Jesús a los doce años. Actualmente, soy pastora menonita, mujer y teóloga del camino. Soy esposa del Pastor Rolando Godínez, y madre de 3 hijos: Kevin, Abner y Heber, a quienes amo y admiro por sus dones puestos al servicio del Señor y al servicio de su prójimo. También soy abuela de Kevin Santiago, mi primer nieto. 


Tengo 54 años.   Nací en el bello Municipio de Nebaj del Departamento del Quiché, situado a 240 kilómetros de la ciudad capital de Guatemala. Esta comunidad rural fue afectada directamente por el conflicto armado interno en la década de los 80. A la edad de 12 años experimenté el dolor y el terror de presenciar el asesinato de mi abuelo paterno y varios familiares cercanos.  Escuché el llanto de tantas madres que perdieron a sus hijos, pude sentir el sufrimiento de niñas y niños que quedaron huérfanos, y la muerte de familias completas como consecuencia del conflicto armado interno.


Al vivir tanto dolor, violencia y muerte, sentí mucho temor y encarné el dolor de todos los que lloraban a sus seres queridos.  Me desafió un fuerte llamado a responder a los que sufrían en ese valle de sombra y desesperanza, presentándoles una acción salvífica a través del mensaje liberador y restaurador del Reino de Dios que se hace presente a través de acciones concretas.


Mi padre un hombre muy generoso y con una pasión profunda por servir a su prójimo, fue  quien me enseñó cómo ser las manos de Dios, a través de acompañar a quienes estaban solos, llorar con quienes lloraban, dando de comer a quienes tenían hambre, protegiendo a las personas indefensas y a quienes sufrían una persecución injusta. 


El relato de Mateo 2:13-14 cuenta como el niño Jesús y su familia huyeron a Egipto, un lugar desconocido y dejaron todo para resguardar sus vidas en medio de las amenazas. Esto es muy similar a lo que yo viví con mi familia. Debido a la violencia y muerte que nos amenazaba en Nebaj, mis padres se vieron en la necesidad de migrar a la ciudad Capital de Guatemala para preservar la vida de nuestra familia.


Uno de mis sueños dentro de la iglesia era ser maestra de niñas y niños. Este sueño lo alcancé a la edad de 14 años cuando inicié dando clases bíblicas en un programa de alimentación. Este programa atendía a la niñez de escasos recursos.  Continúe mi caminar en la fe liderando también el ministerio de jóvenes. A la edad de 17 años fui secretaria del Consejo de Ancianos y colaboré con el Ministerio de Damas.


Otro de mis sueños era estudiar Teología. Este sueño era apoyado por mis padres y los ancianos de la iglesia.  Así, inicié mis estudios a la edad de 18 años, después de graduarme como secretaria en el nivel medio, inicié mis estudios Teológicos


En el año 2001 inicié mi caminar con la Iglesia Evangélica Menonita de Guatemala (IEMG). Junto a mi esposo iniciamos nuestros estudios en el Instituto Bíblico Menonita.   En el 2003 fuimos invitados a acompañar pastoralmente a la Iglesia Menonita Roca de Salvación, la cual pertenece a la Convención IEMG. Esta es una Iglesia ubicada en la periferia de la ciudad, en donde Dios nos ha permitido acompañar a las familias con dificultades de diferente índole.


En el año 2006, junto a mi esposo iniciamos nuestros estudios en el Seminario Teológico Anabautista SEMILLA, obteniendo el Bachillerato Superior en Biblia y Teología y Estudios Pastorales. Después continuamos preparándonos y accedimos al nivel de Licenciatura en Teología y Ministerio Pastoral. De esta manera podemos servir con excelencia en el ministerio al cual fuimos llamados por el Señor Jesús. 


Mientras nos preparábamos y desarrollamos nuestro ministerio pastoral en la Iglesia Menonita Roca de Salvación, mi esposo y yo fuimos ordenados como pastores en 2011.  Ser ordenada como pastora, en un contexto donde muy pocas mujeres tienen esta oportunidad, representó para mí un evento importante y trascendental en mi vida. También fue testimonio para otras mujeres de que somos parte importante en el Reino de Dios, e instrumentos de paz y esperanza para muchas mujeres, las cuales han sido violentadas e invisibilidades en muchas iglesias por interpretación equivocada del texto bíblico.


En el año 2006 inicie el trabajo en el Consejo Pastoral de la IEMG.   En el año 2010 me involucre en el trabajo del Ministerio de Mujeres de la IEMG, coordinando las diferentes actividades del Conjunto de Iglesias. Este Ministerio me ha llenado de mucha alegría, he tenido un acercamiento a las hermanas lideresas de cada Iglesia.  He caminado con ellas, y me he dado cuenta de la entrega y el amor con el que desarrollan el trabajo en sus comunidades, a pesar de las limitaciones y problemas que enfrentan cada día.


En el año 2016 el Señor me permitió iniciar el trabajo como coordinadora y representante de mi país en el Movimiento de Mujeres Anabautistas haciendo Teología desde América Latina


A partir del 2017, el Señor me permitió desarrollar mi ministerio como presidenta de la Convención en Guatemala. Durante este tiempo he tenido la oportunidad de impulsar programas de atención dirigidos a niñas y niños, jóvenes, mujeres, personas de la tercera edad. También he trabajado en el fortalecimiento de capacitación pastoral, y en apoyar iniciativas de atención a emergencias de hermanos y hermanas que han decidido servir al Señor en estas áreas.  Esta labor nos ha permitido acompañar a nuestros hermanos Kekchis y personas afectadas por las erupciones del Volcán Pacaya.


Por otro lado, he tenido la oportunidad de apoyar las relaciones fraternas entre el Seminario SEMILLA y la IEMG, siendo su representante y asumiendo la coordinación del Instituto Bíblico del Seminario en nuestras Iglesias. Esto ha sido una experiencia enriquecedora y actualmente desempeño la labor como vicepresidenta de la Junta Directiva del Seminario.


Una experiencia muy especial en mi ministerio sucedió en el año 2018 cuando fui invitada por el Congreso Mundial Menonita a participar en las reuniones del Concilio General en Kenya.


No estoy segura de haber hecho todo lo que realmente hubiese querido, sin embargo, estoy agradecida con Dios por lo que hasta el momento he alcanzado.  Uno de mis sueños fue capacitarme para servir con excelencia, tener una familia integrada y que todos tuviéramos esa pasión por el servicio. Agradezco a Dios porque puedo decir que he alcanzado este sueño, el ministerio pastoral lo desarrollamos en familia y nuestros dones los complementamos en familia.


Tengo otros sueños aún por alcanzar.  Mi gran sueño es ver a la niñez viviendo sin violencia, a las mujeres viviendo y desarrollándose en plenitud y un mundo donde podamos respetarnos y vivir con la paz de Dios. También me gustaría viajar a Europa con mi familia y conocer los sitios emblemáticos de nuestra corriente Anabautista.  


El personaje bíblico que me inspiró y me sigue inspirando cada día a hacer lo que hago es Jesús. Él es el más grande ejemplo de amor y servicio que tenemos. Por amor se despojó de su gloria y se hizo humano para caminar y vivir con los seres humanos, para sentir y llorar con los que lloran. El servicio más grande que presto a la humanidad fue su vida para que nosotros tengamos vida y vida en abundancia.


SIMBOLOS


LA LUZ DEL ALBA: La luz de cada nuevo día es un símbolo que me hace retroceder en el tiempo hasta mi infancia, cuando sentía las noches obscuras tan largas y frías, y para sobrevivir necesitábamos hacer trincheras, agrupándonos como familia para protegernos de la muerte que rondaba sin descanso. Mi fragilidad humana se quebraba en llanto de gratitud a Dios al ver clarear el alba con sus primeros rayos de luz y escuchar el canto de las aves como signos de esperanza y del amor de Dios. ¡¡Amanecía!!, era una nueva oportunidad de vida, una oportunidad más para seguir la lucha de sobrevivencia


EL ROBLE:  Es un símbolo importante en esta etapa de mi vida, ya que, a pesar de las tormentas y los vientos fuertes, éste se mantiene en pie.  Así ha sido este tiempo con la separación física de mi primer hijo, Kevin, superar el Covid-19, la explosión en mi cocina. A pesar de las heridas sufridas Dios se encargó de sanarme y restaurarme.  La fidelidad de Dios me sostiene en medio de las tormentas. Dios me ha dado las fuerzas como el roble para seguir con mis raíces fundadas en Él.


Ver a una gallina con sus polluelos, también tiene un significado fuerte para mí. Crecí en el campo y siempre fue lindo contemplar esta escena y hacerla presente en mi vida, ya que primero me siento protegida debajo de las alas de mi padre, y también siento lo mismo con mi familia, al amarlos y protegerlos y sentirlos cerca de mí.   En mi comunidad me gusta también abrazar a mis hermanas y a los más vulnerables, para que sientan a través de mí el abrazo y el cuidado de nuestro Señor que se representa también en el cuidado y protección que tiene por todos nosotros.


Y en ti que huellas dejo Yanett Palacios?.  Compártenos una anécdota y ayúdanos a  completar su historia, escribe en el muro o envía a cita.anabautista@gmail.com

 

PERSONAJES QUE DEJAN HULLA entre los Anabautistas

Celebremos la vida de nuestra hermana Ondina.

PERSONAJES QUE DEJAN HUELLA entre los Anabautistas

Ondina Murillo- Honduras

13 de abril del 2021


Soy Ondina Murilo, de la ciudad de La Ceiba en el norte de Honduras, tengo setenta y cinco años de edad.  Madre de tres hijas adultas y abuela de dos nietas mayores, un nieto mayor y uno de dos años de edad.  Soy maestra de educación primaria, miembro de la iglesia Menonita Central de La Ceiba por casi cincuenta años. 

Mi trayectoria en la vida, particularmente en la fe, no ha sido lineal, he tenido muchos bajos y altos; sin embargo, mi lema ha sido vivir una fe sencilla y práctica. Por esta razón un niño por su sencillez ha sido un motivo de inspiración que quiero mantener. 

 De niña fui enseñada en el evangelio, conocí a un Dios castigador muy legalista, lejano y que no se compadecía de quienes pecaban, pensaba que ese evangelio solo era para las personas de edad muy avanzada, pero no para una niña llena de sueños, y alegrías para quien el evangelio era una mala noticia. Yo no quería tal evangelio que me llevaba a revelarme contra ese orden. 

El rumbo de mi vida cambio cuando en el año 1975, en la iglesia Menonita, Dios trató conmigo confrontándome con mi forma pecaminosa de vivir, yo me resistía, pero le dije: Dios yo te recibo como el Señor y Rey de mi vida, pero quiero que tu evangelio me sirva para vivir aquí y ahora, de no ser así, no quiero tu evangelio. A partir de ese día comencé una lectura de la biblia tratando de entender lo que Dios decía para mi vida, siempre repetía esta oración: guíame por sendas de justicia 

Entendí que el evangelio realmente es buena noticia. Que Dios es amor, es cercano, que se compadece del sufrimiento humano.  Jesús con su enseñanza y práctica me mostró como es Dios. Es ese Jesús humano, quien me influyo de tal modo que cambie mi perspectiva acerca de Dios y de su evangelio.  Ese es el modelo a quien yo quería seguir y es quien inspira mi práctica diaria hoy por la coherencia entre su enseñanza y estilo de vida. Eso era lo que buscaba: un modelo a quien seguir y que diera sentido y alegría a mi vida 

De niña soñaba con volar, que me levantaba y extendía mis brazos como si fueran alas y volaba, me detenía cuando quería y volvía a tierra. Ahora comprendo que Dios me ha permitido volar; he surcado espacios de formación y crecimiento personal que jamás imaginé, he tenido oportunidades de practicar justicia en diversos espacios de convivencia. Fue después de jubilarme en mi trabajo como maestra de educación en el año 1,998 que comencé formalmente estudios en biblia y teología en el instituto bíblico de mi país hasta lograr el grado de licenciatura en teología y ministerio pastoral en el seminario bíblico teológico anabaptista latinoamericano (SEMILLA). He aprovechado todo espacio de capacitación a mi alcance, sobre temas variados como:  Pastoral con sentido, cursos como escritora popular, Alternativas a la violencia, análisis y transformación de conflictos interpersonales, entre otros.  


En los años noventa, Dios me dio la oportunidad de participar en el proyecto Paz y Justicia de la iglesia Menonita Hondureña, donde colaboré como voluntaria en el trabajo con los damnificados del huracán Mitch, después como miembro de la junta directiva; finalmente entre el año dos mil y dos mil nueve estuve en la dirección del proyecto. En este periodo en mi país, las maras y pandillas tenían atemorizadas las comunidades y no había experiencias que orientara como responder a semejante desafío.  Con la ayuda de Dios y una fuerte voluntad y compromiso social, junto con el personal del proyecto y el apoyo del Comité Central Menonita (C.C.M.) decidimos responder al desafío que se nos planteaba desarrollando un proyecto llamado   Restauración de Jóvenes Vinculados a Maras o Pandillas, en el sector Choloma del departamento de cortés. Como resultado de este trabajo, el sector de nuestra intervención fue pacificado: las maras se reconciliaron, los jóvenes dejaron de matarse entre sí, la comunidad cambio su aspecto: en vez de grafitis violentos en los muros pintados por estos jóvenes, ellos se dieron a la tarea de limpiar y pintarlos, también encontraron nuevas formas de vivir. finalizado el proyecto con estos jóvenes nos dimos a la tarea de sistematizar la experiencia que tanta satisfacción nos dio


En el año dos mil forme parte del equipo escritor y editor del currículo anabaptista para niños y niñas de América Latina, un proyecto de SEMILLA coordinado por Janet Breneman

En el año dos mil diez fui parte de la junta directiva de un proyecto social de la iglesia Menonita hondureña (MAMA) donde tuve la oportunidad de capacitarme como facilitadora de Alternativas a la violencia (PAV). Siendo coordinadora y facilitadora de PAV he tenido la oportunidad de contribuir al crecimiento de niños, jóvenes y adultos en la búsqueda de una vida sin violencia en diferentes espacios donde presto mis servicios de manera voluntaria. Las transformación que he podido observar en la vida de muchas personas en la cárcel, en la iglesia y en las comunidades son la fuente de inspiración que da sentido y fuerza para emprender de manera voluntaria la tarea de mi opción de vida

 He venido colaborando con el movimiento de mujeres haciendo teología en América Latina (MTAL) como co-cordinadora para Centro América y el caribe. Aquí hemos facilitado espacios de crecimiento personal, elaborado un manual llamado la Presencia Sanadora de Dios en Nuestras Crisis y con mucha alegría he participado como escritora, y en el equipo editor de nuestro primer libro devocional 2021 escrito por muchas mujeres de tradición anabaptista

El trabajo con las maras y pandillas me llevo a trabajar en la cárcel donde se les daba seguimiento a los jóvenes que eran privados de su libertad, hasta lograr su inserción social. Teniendo presente las necesidades observadas en estos centros e inspirada por un trabajo realizado en una cárcel de Holanda que tuve la oportunidad de visitar, continué involucrándome en el trabajo con esta población; en el año 2014   inicie con los privados y privadas de libertad el programa Alternativas a la Violencia (PAV) facilitando talleres, ´procurando un trato humano, con microempresas que los proveen una ocupación y generación de economía para gastos personales.  Actualmente me he involucrado como miembro de la junta local del Comité Nacional contra la tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes en los centros de detención como postas policiales y cárceles. 


En el año dos mil veinte cuando fuimos sorprendidos por dos huracanes y la pandemia del COVID19 de manera voluntaria y con gestión de recursos por los equipos cuáqueros de paz se respondió a la necesidad urgente que demando la situación con artículos de primera necesidad como víveres, ropa, medicamentos, colchonetas, acompañamiento pastoral y reparación de daños en vivienda 


De acuerdo a los diferentes momentos experimentados en mi vida puedo compararla de la siguiente manera:   

Un pájaro volando. Cuando era niña de manera recurrente tenía un sueño: Yo volaba cada vez que quería. Deseaba crecer porque soñaba con ir a la escuela para aprender a leer y escribir, quería ser maestra para enseñar


Un águila. Tal como lo soñaba, volé alto como las águilas. Aproveché toda oportunidad que se me presentó para mi crecimiento personal, de diferentes maneras: me capacité en espacios académicos, teológicos, relacional en variados ámbitos. Es la etapa en que pude alcanzar mis sueños; luché por ellos, me siento realizada. Logre lo que quería, vivo satisfecha, nada me falta 


Una mariposa.  La mariposa sufre un proceso doloroso para llegar a tener la hermosura que exhibe. En mi vida he pasado por muchos momentos difíciles donde lloré, sentí que ya no podía, me faltaron las fuerzas; sin embargo, hoy me siento contenta con mis logros y recuerdo esos momentos con admiración a mi persona


El burro.  Simbolizo mi vida con este sencillo y humilde animal de carga, porque siempre está dispuesto a realizar la tarea, a pesar de sus circunstancias y adversidades, Me ha tocado enfrentar muchas adversidades y sufrimientos, sin embargo, me he propuesto siempre estar dispuesta a realizar lo que corresponda.


La cruz. En este momento de mi vida adopto la cruz, pero la cruz de Cristo, porque creo que solo me resta vivir humildemente, negando mi yo, deseando que la voluntad de Dios se haga en todo lo que hago, pienso y digo.


Y en ti que huellas dejo Ondina Murillo_ Comparte una anécdota y ayúdanos a completar su  historia, escríbela en el muro o envíala a cita.anabautistas@gmail.com entre los Anabautistas

Ondina Murillo- Honduras

13 de abril del 2021


Soy Ondina Murilo, de la ciudad de La Ceiba en el norte de Honduras, tengo setenta y cinco años de edad.  Madre de tres hijas adultas y abuela de dos nietas mayores, un nieto mayor y uno de dos años de edad.  Soy maestra de educación primaria, miembro de la iglesia Menonita Central de La Ceiba por casi cincuenta años. 

Mi trayectoria en la vida, particularmente en la fe, no ha sido lineal, he tenido muchos bajos y altos; sin embargo, mi lema ha sido vivir una fe sencilla y práctica. Por esta razón un niño por su sencillez ha sido un motivo de inspiración que quiero mantener. 

 De niña fui enseñada en el evangelio, conocí a un Dios castigador muy legalista, lejano y que no se compadecía de quienes pecaban, pensaba que ese evangelio solo era para las personas de edad muy avanzada, pero no para una niña llena de sueños, y alegrías para quien el evangelio era una mala noticia. Yo no quería tal evangelio que me llevaba a revelarme contra ese orden. 

El rumbo de mi vida cambio cuando en el año 1975, en la iglesia Menonita, Dios trató conmigo confrontándome con mi forma pecaminosa de vivir, yo me resistía, pero le dije: Dios yo te recibo como el Señor y Rey de mi vida, pero quiero que tu evangelio me sirva para vivir aquí y ahora, de no ser así, no quiero tu evangelio. A partir de ese día comencé una lectura de la biblia tratando de entender lo que Dios decía para mi vida, siempre repetía esta oración: guíame por sendas de justicia 

Entendí que el evangelio realmente es buena noticia. Que Dios es amor, es cercano, que se compadece del sufrimiento humano.  Jesús con su enseñanza y práctica me mostró como es Dios. Es ese Jesús humano, quien me influyo de tal modo que cambie mi perspectiva acerca de Dios y de su evangelio.  Ese es el modelo a quien yo quería seguir y es quien inspira mi práctica diaria hoy por la coherencia entre su enseñanza y estilo de vida. Eso era lo que buscaba: un modelo a quien seguir y que diera sentido y alegría a mi vida 

De niña soñaba con volar, que me levantaba y extendía mis brazos como si fueran alas y volaba, me detenía cuando quería y volvía a tierra. Ahora comprendo que Dios me ha permitido volar; he surcado espacios de formación y crecimiento personal que jamás imaginé, he tenido oportunidades de practicar justicia en diversos espacios de convivencia. Fue después de jubilarme en mi trabajo como maestra de educación en el año 1,998 que comencé formalmente estudios en biblia y teología en el instituto bíblico de mi país hasta lograr el grado de licenciatura en teología y ministerio pastoral en el seminario bíblico teológico anabaptista latinoamericano (SEMILLA). He aprovechado todo espacio de capacitación a mi alcance, sobre temas variados como:  Pastoral con sentido, cursos como escritora popular, Alternativas a la violencia, análisis y transformación de conflictos interpersonales, entre otros.  


En los años noventa, Dios me dio la oportunidad de participar en el proyecto Paz y Justicia de la iglesia Menonita Hondureña, donde colaboré como voluntaria en el trabajo con los damnificados del huracán Mitch, después como miembro de la junta directiva; finalmente entre el año dos mil y dos mil nueve estuve en la dirección del proyecto. En este periodo en mi país, las maras y pandillas tenían atemorizadas las comunidades y no había experiencias que orientara como responder a semejante desafío.  Con la ayuda de Dios y una fuerte voluntad y compromiso social, junto con el personal del proyecto y el apoyo del Comité Central Menonita (C.C.M.) decidimos responder al desafío que se nos planteaba desarrollando un proyecto llamado   Restauración de Jóvenes Vinculados a Maras o Pandillas, en el sector Choloma del departamento de cortés. Como resultado de este trabajo, el sector de nuestra intervención fue pacificado: las maras se reconciliaron, los jóvenes dejaron de matarse entre sí, la comunidad cambio su aspecto: en vez de grafitis violentos en los muros pintados por estos jóvenes, ellos se dieron a la tarea de limpiar y pintarlos, también encontraron nuevas formas de vivir. finalizado el proyecto con estos jóvenes nos dimos a la tarea de sistematizar la experiencia que tanta satisfacción nos dio


En el año dos mil forme parte del equipo escritor y editor del currículo anabaptista para niños y niñas de América Latina, un proyecto de SEMILLA coordinado por Janet Breneman

En el año dos mil diez fui parte de la junta directiva de un proyecto social de la iglesia Menonita hondureña (MAMA) donde tuve la oportunidad de capacitarme como facilitadora de Alternativas a la violencia (PAV). Siendo coordinadora y facilitadora de PAV he tenido la oportunidad de contribuir al crecimiento de niños, jóvenes y adultos en la búsqueda de una vida sin violencia en diferentes espacios donde presto mis servicios de manera voluntaria. Las transformación que he podido observar en la vida de muchas personas en la cárcel, en la iglesia y en las comunidades son la fuente de inspiración que da sentido y fuerza para emprender de manera voluntaria la tarea de mi opción de vida

 He venido colaborando con el movimiento de mujeres haciendo teología en América Latina (MTAL) como co-cordinadora para Centro América y el caribe. Aquí hemos facilitado espacios de crecimiento personal, elaborado un manual llamado la Presencia Sanadora de Dios en Nuestras Crisis y con mucha alegría he participado como escritora, y en el equipo editor de nuestro primer libro devocional 2021 escrito por muchas mujeres de tradición anabaptista

El trabajo con las maras y pandillas me llevo a trabajar en la cárcel donde se les daba seguimiento a los jóvenes que eran privados de su libertad, hasta lograr su inserción social. Teniendo presente las necesidades observadas en estos centros e inspirada por un trabajo realizado en una cárcel de Holanda que tuve la oportunidad de visitar, continué involucrándome en el trabajo con esta población; en el año 2014   inicie con los privados y privadas de libertad el programa Alternativas a la Violencia (PAV) facilitando talleres, ´procurando un trato humano, con microempresas que los proveen una ocupación y generación de economía para gastos personales.  Actualmente me he involucrado como miembro de la junta local del Comité Nacional contra la tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes en los centros de detención como postas policiales y cárceles. 


En el año dos mil veinte cuando fuimos sorprendidos por dos huracanes y la pandemia del COVID19 de manera voluntaria y con gestión de recursos por los equipos cuáqueros de paz se respondió a la necesidad urgente que demando la situación con artículos de primera necesidad como víveres, ropa, medicamentos, colchonetas, acompañamiento pastoral y reparación de daños en vivienda 


De acuerdo a los diferentes momentos experimentados en mi vida puedo compararla de la siguiente manera:   

Un pájaro volando. Cuando era niña de manera recurrente tenía un sueño: Yo volaba cada vez que quería. Deseaba crecer porque soñaba con ir a la escuela para aprender a leer y escribir, quería ser maestra para enseñar


Un águila. Tal como lo soñaba, volé alto como las águilas. Aproveché toda oportunidad que se me presentó para mi crecimiento personal, de diferentes maneras: me capacité en espacios académicos, teológicos, relacional en variados ámbitos. Es la etapa en que pude alcanzar mis sueños; luché por ellos, me siento realizada. Logre lo que quería, vivo satisfecha, nada me falta 


Una mariposa.  La mariposa sufre un proceso doloroso para llegar a tener la hermosura que exhibe. En mi vida he pasado por muchos momentos difíciles donde lloré, sentí que ya no podía, me faltaron las fuerzas; sin embargo, hoy me siento contenta con mis logros y recuerdo esos momentos con admiración a mi persona


El burro.  Simbolizo mi vida con este sencillo y humilde animal de carga, porque siempre está dispuesto a realizar la tarea, a pesar de sus circunstancias y adversidades, Me ha tocado enfrentar muchas adversidades y sufrimientos, sin embargo, me he propuesto siempre estar dispuesta a realizar lo que corresponda.


La cruz. En este momento de mi vida adopto la cruz, pero la cruz de Cristo, porque creo que solo me resta vivir humildemente, negando mi yo, deseando que la voluntad de Dios se haga en todo lo que hago, pienso y digo.


Y en ti que huellas dejo Ondina Murillo_ Comparte una anécdota y ayúdanos a completar su  historia, escríbela en el muro o envíala a cita.anabautistas@gmail.com