martes, 5 de enero de 2016

REFLEXIÓN DE MATEO 2: 1-12

RELATO DESCONCERTANTE
Escrito por  José Antonio Pagola

MATEO 2, 1-12
1 Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. En esto, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén
2 preguntando:
- ¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a rendirle homenaje.
3 Al enterarse el rey Herodes se sobresaltó, y con él Jerusalén entera; 4 convocó a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, y les pidió información sobre dónde tenía que nacer el Mesías. 5 Ellos le contestaron:
- En Belén de Judea, así lo escribió el profeta: 6 Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá: pues de ti saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo, Israel (Miq 5,1).
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran cuándo había aparecido la estrella; 8 luego los mandó a Belén encargándoles:
- Averiguad exactamente qué hay de ese niño y, cuando lo encontréis, avisadme para ir yo también a rendirle homenaje.
9 Con este encargo del rey, se pusieron en camino; de pronto, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta pararse encima de donde estaba el niño. 10 Ver la estrella les dio muchísima alegría.
11 Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra.
12 Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Ante Jesús se pueden adoptar actitudes muy diferentes. El relato de los magos nos habla de la reacción de tres grupos de personas. Unos paganos que lo buscan, guiados por la pequeña luz de una estrella. Los representantes de la religión del Templo, que permanecen indiferentes. El poderoso rey Herodes que solo ve en él un peligro.
Los magos no pertenecen al pueblo elegido. No conocen al Dios vivo de Israel. Nada sabemos de su religión ni de su pueblo de origen. Solo que viven atentos al misterio que se encierra en el cosmos. Su corazón busca verdad.
En algún momento creen ver una pequeña luz que apunta hacia un Salvador. Necesitan saber quién es y dónde está. Rápidamente se ponen en camino. No conocen el itinerario preciso que han de seguir, pero en su interior arde la esperanza de encontrar una Luz para el mundo.
Su llegada a la ciudad santa de Jerusalén provoca el sobresalto general. Convocado por Herodes, se reúne el gran Consejo de «los sumos sacerdotes y los escribas del pueblo». Su actuación es decepcionante. Son los guardianes de la verdadera religión, pero no buscan la verdad. Representan al Dios del Templo, pero viven sordos a su llamada.
Su seguridad religiosa los ciega. Conocen dónde ha de nacer el Mesías, pero ninguno de ellos se acercará a Belén. Se dedican a dar culto a Dios, pero no sospechan que su misterio es más grande que todas las religiones, y tiene sus caminos para encontrarse con todos sus hijos e hijas. Nunca reconocerán a Jesús.
El rey Herodes, poderoso y brutal, solo ve en Jesús una amenaza para su poder y su crueldad. Hará todo lo posible para eliminarlo. Desde el poder opresor solo se puede «crucificar» a quien trae liberación.
Mientras tanto, los magos prosiguen su búsqueda. No caen de rodillas ante Herodes: no encuentran en él nada digno de adoración. No entran en el Templo grandioso de Jerusalén: tienen prohibido el acceso. La pequeña luz de la estrella los atrae hacia el pequeño pueblo de Belén, lejos de todo centro de poder.
Al llegar, lo único que ven es al «niño con María, su madre». Nada más. Un niño sin esplendor ni poder alguno. Una vida frágil que necesita el cuidado de una madre. Es suficiente para despertar en los magos la adoración.
El relato es desconcertante. A este Dios, escondido en la fragilidad humana, no lo encuentran los que viven instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa. Se les revela a quienes, guiados por pequeñas luces, buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida.

José Antonio Pagola

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