lunes, 27 de enero de 2014

REFLEXIÓN

REPLICAS DEL SEMINARIO TALLER EN BOLIVIA
 Por  M. Graciela Ramirez de Darino (Argentina)
Hace un mes que pasó "La Navidad" y probablemente aún está en nuestra 
mente la escena del pesebre y todas las consecuencias de la llegada al 
mundo de Jesús. Hemos leido el canto de María que se encuentra en Lucas 
1: 46-55. Su canto anunció una hermosa verdad: que el Todopoderoso que 
venía destruiría la soberbia de los orgullosos y sus intrigas. La vida 
cotidiana nos va demostrando que el único que puede destruir la soberbia 
del ser humano es Jesús cuando llega a la vida de uno.
Pensando en hacerlo más personal, Jesús destruye la soberbia de 
nuestros pensamientos cuando permitimos que nazca cada día en nosotras. 
Cuando reconocemos que nuestra manera de pensar nos tiene prisioneras de 
nosotras mismas y admitimos entonces que necesitamos que Jesús destruya 
esas ataduras para liberarnos, comenzamos a vivir la vida como el piensa 
y actúa.
En el encuentro en Boliva, sobre "El cuidado entre mujeres", pensamos 
mucho sobre lo que nos pasa a nosotras por dentro. Muchas de nuestras 
vivencias nos han atado a una manera de actuar que no nos ha hecho bien 
para ser personas libre en Cristo.
Que Jesús nazca o renazca en nuestras vidas y se encargue de destruir la 
soberbia de nuestros pensamientos que nos impiden vivir la vida en 
abundancia, la que nos prometió si dejamos gobernarnos por el.
Que todas cantemos como María "Mi alma alaba la grandeza del Señor y mi 
espíritu se alegra en Dios mi Salvador" porque ha destruido todo lo que 
me ha impedido disfrutar la vida con la libertad con la que él me la ofrece.


Deusilene (Brasil) y Graciela (Argentina)

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