Amadas
hermanas y hermanos, Gracia y Paz!
Creemos que nuestras alegrías son parte de la alegría
de todos lo mismo que nuestros dolores. Frente a esta certeza, comparto el
texto del taller que hicimos cuando participamos en la Conferencia
de Iglesias Menonitas Canadienses la semana pasada. El artículo se encuentra en
la segunda página del periódico adjunto.
En esta conferencia, también participé en la
celebración de los 60 años del grupo de mujeres menonitas canadienses. Fue bueno
escuchar cómo obró Dios en la vida de este grupo, para hacer planes para nuestro
grupo en Brasil y en Recife.
En Canadá estamos visitando y predicando en las
iglesias de pastores que fueron nuestros misioneros en el nordeste. Ya hemos
estado en la iglesia de Abraham Bulher, SASK, y el próximo domingo predicaremos
en la iglesia de Jaime Letkeman, en Winnipeg. Creemos que en Winnipeg, Dios nos
está reservándonos una fuerte emoción, ya que el programa incluye una visita a
una comunidad indígena en el desierto. Durante la conferencia, me impactó el
testimonio de un señor indígena que luego de un proceso de sanidad interior y
liberación al perdonar, asistió a la conferencia para contar cómo fue testigo y
sintió la colonización blanca cristiana contra su propio pueblo. Muchos
lloraban, y yo era una de ellos. De todos modos, Dios ha restaurado
vidas a través del perdón y la sanación
interior
Oren por nosotros. Jailson y Samara, también hacen el
viaje.—Valeria Alvarenga, pastora de la Iglesia Evangélica Menonita Lagoa
Encantada, Recife, Brasil
Porque todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, siendo
muchas las bendiciones de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para
la gloria de Dios. 2 Cor.4: 15
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