jueves, 19 de julio de 2012

TESTIMONIO DE VALERIA DE SU PASO POR CANADÁ

Amadas hermanas y hermanos, Gracia y Paz!

Creemos que nuestras alegrías son parte de la alegría de todos lo mismo que nuestros dolores. Frente a esta certeza, comparto el texto  del taller que hicimos cuando participamos en la Conferencia de Iglesias Menonitas Canadienses la semana pasada. El artículo se encuentra en la segunda página del periódico adjunto.
En esta conferencia, también participé en la celebración de los 60 años del grupo de mujeres menonitas canadienses. Fue bueno escuchar cómo obró Dios en la vida de este grupo, para hacer planes para nuestro grupo en Brasil y en Recife.
En Canadá estamos visitando y predicando en las iglesias de pastores que fueron nuestros misioneros en el nordeste. Ya hemos estado en la iglesia de Abraham Bulher, SASK, y el próximo domingo predicaremos en la iglesia de Jaime Letkeman, en Winnipeg. Creemos que en Winnipeg, Dios nos está reservándonos una fuerte emoción, ya que el programa incluye una visita a una comunidad indígena en el desierto. Durante la conferencia, me impactó el testimonio de un señor indígena que luego de un proceso de sanidad interior y liberación al perdonar, asistió a la conferencia para contar cómo fue testigo y sintió la colonización blanca cristiana contra su propio pueblo. Muchos lloraban, y yo era una de ellos. De todos modos, Dios ha restaurado  vidas a través del perdón y la sanación interior
Oren por nosotros. Jailson y Samara, también hacen el viaje.—Valeria Alvarenga, pastora de la Iglesia Evangélica Menonita Lagoa Encantada, Recife, Brasil
Porque todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, siendo muchas las bendiciones de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios. 2 Cor.4: 15

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