miércoles, 1 de agosto de 2018

ARTÍCULO DE OPINIÓN


Breve análisis del significado de Reino de Dios, desde las enseñanzas de Jesús.
Hombres y Mujeres ejerciendo la Pastoral
 Introducción:

Con el tema, “Hombres y Mujeres ejerciendo la Pastoral”, me refiero a que la pastoral de la Iglesia debe tomar en cuenta a mujeres y a hombres como agentes pastorales y como objetos de la misma. Esta debe estar enfocada desde el evangelio de nuestro Señor Jesucristo que se encarna en la comunidad hacia la cual va dirigido, y no es ajeno a las necesidades circundantes de nuestros pueblos que viven en un aislamiento de la sociedad y a veces de la misma Iglesia. Para esto, considero necesaria una buena práctica hermenéutica, tanto del contexto Escritural como social, político y religioso, que nos permita identificar la aplicación pertinente de una enseñanza bíblica específica.

Desarrollo:
Una pastoral que contemple la participación tanto de hombres como de mujeres, indiscutiblemente debe partir del modelo de Jesús que recorre a través del Nuevo Testamento y llega hasta nuestra realidad hoy, pues en su ministerio podemos apreciar tres ejes fundamentales, los cuales son: amor, compasión y solidaridad. Estos marcan la pauta para el ejercicio de una pastoral inclusiva, la cual puede ser realizada por hombres y/o mujeres.

Una pastoral desde el enfoque de Jesús ha de producir transformación tanto a nivel personal como colectivo en cuanto a percepción y práctica, pues la buena noticia del Evangelio consiste precisamente en que la gente se beneficia y se transforma, tal como le responde Jesús a los discípulos de Juan: “Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio”. Mateo 11: 4, 5.

En1ª Timoteo 2:11-15, por ejemplo, encontramos un contexto específico donde había un dualismo entre el movimiento helenístico y judío, lo cual considero que llevó al apóstol Pablo a decir: “No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio” (v.12). En mi opinión, esta fue la causa de  marginación que existía hacia la mujer, pues en los círculos gnósticos las mujeres eran exaltadas y glorificadas como “instrumentos favorecidos de revelación”.
Ahora bien, esta realidad contextual del texto bíblico no nos enseña que hoy debamos seguir con esa práctica, pues el mandato es específico y viene directamente del apóstol y no por orden divina, pues él lo afirma: “No permito”. Considero que esta actitud no es una constante en el ministerio de Pablo, ya que encontramos en otros contextos que muchas mujeres ejercieron liderazgo junto a él, entre las cuales se menciona por ejemplo a Evodia y a Síntique, en  Filipenses 4: 2, y pide a su “compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio”, en el versículo 3.

Conclusión:
De manera que, en mi opinión, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, Dios nos está enseñando en estos pasajes a ser muy cuidadosos y cuidadosas en el estudio e interpretación de las Escrituras, considerando que tanto hombres como mujeres tenemos los mismos derechos y obligaciones, el mismo valor y la misma imagen de Dios nuestro creador, por lo que ambas personas debemos contribuir en el ministerio pastoral para proclamar las buenas nuevas de salvación.





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