viernes, 23 de agosto de 2013

SEMINARIO TALLER EN COLOMBIA.

MOVIMIENTO TEÓLOGAS ANABAUTISTAS DE AMÉRICA LATINA
ZONA ANDINA (Ecuador, Perú, Venezuela y Colombia)
ENCUENTRO Y CAPACITACIÓN “CUIDÁNDONOS ENTRE MUJERES: Preparándonos para un ministerio de compasión”

Cachipay, Colombia, Agosto 7-10 de 2013
“Cuando empiezas a avanzar para ser una presencia sanadora, sólo hay un lugar donde comenzar…contigo misma” James E. Miller y Susan C.Cutshall

Con este pensamiento,  como preámbulo, iniciamos la jornada de Encuentro y Capacitación de “Cuidándonos entre Mujeres: Preparándonos para un ministerio de compasión” los días 7 al 10 de agosto del 2013 en el Centro de Retiros y Encuentros CREER en Cachipay, una población a dos horas de Bogotá, Colombia,  donde participaron un total de 49 mujeres (pastoras, lideresas)  de distintas convenciones anabautistas procedentes de los países andinos: Ecuador, Perú, Venezuela y Colombia, también Argentina y Estados Unidos.
Este tiempo tuvo tres motivaciones: encontrarnos como teólogas de la zona andina,celebrar los 10 años del movimiento, y el espacio de capacitación con el tema Cuidándonos entre Mujeres. Esta capacitación contó con la muy acertada facilitación de nuestras hermanas  Carolyn Holderread Heggen y Elizabeth Soto.

La jornada de capacitación inició con un análisis del contexto colombiano y sus implicaciones en la región andina y cómo las mujeres son las más afectadas en todo este proceso violento que ha vivido el país. Los devocionales y los temas de cada día llevaron a cada mujer a un momento de interiorización y trabajo muy profundo, lo que posibilitó tiempos de sanación, liberación, resurrección. Las mujeres tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre sus propias historias de vida y como éstas se entrelazaban con las de las mujeres bíblicas. Como también el compartir las unas con las otras sus tristezas y alegrías, apoyo, amistad, sororidad[1] y cuidado amoroso entre todas.

La celebración de los 10 años del movimiento se realizó en el marco de una cena especial donde se hizo el recuento del nacimiento del movimiento en el 2003 en el marco del Congreso Mundial Menonita en Zimbabwe, África  También las expresiones culturales por países y la de gustación de sabrosas comidas y artesanías propias tanto de los países como de las regiones, hicieron grato y festivo la celebración.

Un tiempo de orientación sobre auto-cuidado por una hermana fisioterapeuta ayudó para distensionar el cuerpo y facilitar la relajación del alma y las relaciones de las unas a las otras, descubriéndonos como personas que tienen la posibilidad de la risa, de la alegría, del abrazo, como una forma de sanarnos también.  

Se tuvo también la oportunidad de dedicar un tiempo para escuchar a las mujeres sobre sus procesos de formación bíblica y teológica y soñar juntas sobre posibilidades de formación en la región, sugiriendo temáticas que formaran parte de un currículo propio de acuerdo a las necesidades planteadas por las mujeres, a lo cual el Equipo Dinamizador de la zona andina le dará seguimiento, tiempo moderado por Patricia Urueña asesora educativa del movimiento y Zarai Gonzalía Administradora Ejecutiva del Seminario Menonita de Colombia.

El último día se realizó el tiempo de proyección y compromisos para multiplicar lo aprendido en los diferentes países y regiones. También se eligió el nuevo Equipo Dinamizador Zona Andina integrado por mujeres de los países andinos y se consideró un modelo de coordinación compartida por 2 mujeres Martha Lucía Gómez, pastora y Zarai Gonzalía, Administradora Ejecutiva del Seminario Menonita quienes estarán acompañadas por un año más de la actual coordinadora, Alix Lozano para dar paso a este nuevo modelo. Estas dos mujeres han venido caminando y se han ido formando con el Movimiento, lo cual garantiza la continuidad en los procesos. Además se hace necesario los relevos generacionales para que un movimiento se vaya oxigenando.
Otra decisión importante es que las mujeres acordaron que se cobre una cuota de membresía o participación en el movimiento y que se anime a las convenciones a que puedan también aportar al Movimiento, dado que este no tiene un sostenimiento permanente. También se inició lo que se llamó una ofrenda semilla con lo cual se dará inicio a un fondo que sirva en el futuro para sostener o ayudar proyectos productivos de las mujeres.  

El tiempo de capacitación contó con un día abierto al público con el tema Necesidades Pastorales: la escucha activa como herramienta de sanación, donde participaron 43 personas entre hombres, mujeres (lideres, lideresas, pastores, coordinadores pastorales, estudiantes del Seminario Menonita,  y católicas).

Las mujeres quedaron muy agradecidas por este espacio y tiempo, donde reconocieron una vez más la presencia del Dios de la Vida, de la Misericordia y la Compasión. La facilitación de nuestras hermanas Carolyn y Elizabeth fue fundamental en el logro de los objetivos, por su apertura hacia las otras, la sabiduría en el tratamiento de temas a veces álgidos en nuestras iglesias,  la sensibilidad y sobretodo la conexión con las otras en un encuentro de sororidad.
Hay un profundo agradecimiento a las personas y entidades que apoyaron este espacio de encuentro, celebración y capacitación: Mennonite Women , CIMLAC, Movimiento de Teólogas Anabautistas  de América Latina, Comité Central Menonita, Red Menonita de Misión, Justapaz, Seminario Menonita de Colombia. A las iglesias anabautistas de la región andina quienes apoyaron con sus oraciones, y animaron y apoyaron  a las mujeres a participar en diferentes
formas.
Al Equipo Dinamizador compuesto por mujeres de las iglesias anabautistas de Colombia quienes organizaron el Encuentro. Y por supuesto al Dios Compasivo y Amoroso que estuvo, y está en los procesos liberadores, animando a las mujeres a continuar, porque “largo camino les resta”.
Con profunda gratitud a todas y cada una de las que tuvieron que ver con la realización de este sueño y anhelo y que han comenzado el proceso de sanidad con ellas mismas…para ayudar a sanar a otras, un abrazo sororo.

Alix Lozano




[1] La palabra sororidad proviene del latín SOR que significa “hermana”. En este caso, “hermandad de hermanas, de mujeres” 




                              ALIX  LOZANO



No hay comentarios:

Publicar un comentario