“Nada de lo que estoy haciendo lo hago sola”
Rebecca Osiro, de Kenia, nueva vicepresidenta del Congreso Mundial Menonita. Foto: Phyllis Pellman Good
fecha de publicación:
Martes, 5 Abril 2016
Rebecca Osiro, de Nairobi, Kenia, asume su nuevo rol como vicepresidenta del Congreso Mundial Menonita (CMM), con una vida plena de experiencias que han puesto a prueba su fe, dándole sabiduría.
En agosto de 2008, Rebecca fue la primera mujer ordenada en la Iglesia Menonita de Kenia (KMC), aunque su interés en la iglesia se remonta a su infancia.
Su padre era líder de la Iglesia Menonita, y Rebecca recuerda cuando lo ayudaba a llevar comida a los eventos fraternales, y visitaban a los vecinos y miembros de la iglesia. “La iglesia dominante era anglicana, pero muchas de las familias de nuestra zona no podían cumplir con el diezmo. Entonces, cuando fallecía alguna persona de dichas familias, la iglesia no realizaba el funeral.”
“Dado que mi papá hacía muchas visitas brindando atención pastoral, las familias solían pedirle que realizara el culto y el entierro. Me gustaba acompañarlo, consolar, cantar y preparar té fuerte.
“La sencillez a la hora de visitar, escuchar, ser cordiales y receptivos, atraía a la gente a nuestra iglesia. Y me atrajo a mí. Cuando cursaba el tercer y cuarto año de la escuela secundaria, solía pasar los sábados a la tarde evangelizando abiertamente y fraternizando con todos los que llegaran.”
Para la madre de Rebecca era prioritario darle a conocer la Biblia y los cantos de la iglesia. Para Rebecca aún sigue siendo un misterio que hubiese recibido dicha clase de atención de su madre.
“Yo fui la tercera hija, y no la última de sus diez hijos. Pero me contó que me había dedicado a Dios antes de que naciera. Cuando aprendí a leer, me regaló una Biblia. Me contaba historias bíblicas mientras trabajábamos juntas, o sugería que leyera algún pasaje o versículo. Luego, se le ocurría un himno apropiado para acompañarlos. Y así me integraba a mí y a mis hermanos/as en la iglesia.”
Rebecca puede que haya recibido una buena formación de sus padres, pero cuando estaba lista para casarse, se empeñó en ser independiente. “Concertar bodas estaba a la orden del día; con frecuencia, una tía hacía de casamentera. Pero yo elegí a mi cónyuge. ¡Su iglesia y la mía a menudo competían informalmente en los cantos y la recaudación de fondos!”
Rebecca y Joash J. Osiro se casaron en 1981. Tienen cinco hijos adultos. Joash es obispo de la Iglesia Menonita de Kenia (KMC).
¿Ser ordenada o no?
Rebecca no hizo campaña para ser ordenada. Sin embargo, desde hace bastante tiempo que le venía rondado la cuestión de la ordenación de la mujer.
“En mi infancia y juventud, veía cómo las mujeres planteaban cosas con firmeza, como cuando le decían a mi papá, ‘necesitamos una iglesia.’ Y así se fundaba una iglesia; pronto era hora de tener un líder, y entonces buscaban a un varón. Ordenaban a alguien que no tenía una visión, ¡y la iglesia se moría!
“Cuando todavía estaba en la escuela secundaria, le preguntaba a mi papá, ‘¿Cuál era la postura de la Iglesia Menonita sobre la posibilidad de que la mujer fuera pastora?’
“Mi papá siempre apoyó la ordenación de la mujer y fue el primer obispo de Kenia que ordenara a una mujer (en 1994), en medio de una gran controversia. Afortunadamente, vivió para ver mi ordenación a los 49 años de edad. Fue una bendición contar con su apoyo.
“En algún momento pensé que, quizá, debería simplemente abandonar la idea de ser ordenada, debido a la conmoción que causaba. Para mí, no era una necesidad muy sentida, pero sabía que era importante para otras mujeres que también eran líderes, a fin de que se les reconociera su autoridad.”
Actualmente, Rebecca es responsable de la pastoral de la Hermandad Eastleigh de Nairobi. “Tenemos de 40 a 70 asistentes en nuestros cultos semanales, que se realizan en un lugar que pertenece a la KMC, permitiéndonos usar dicho espacio los domingos de 10 hs. a 14 hs. Es un barrio internacional de clase media baja, que se está aburguesando un poco. Una gran mayoría es musulmana radical.
“Nuestros asistentes son autóctonos, y muchos trabajan para los comerciantes locales que no les dejan faltar para asistir a las actividades de la iglesia.”
Solidaridad en los ensayos de coro
La Hermandad Eastleigh se había preparado para mandar a algunos de sus miembros a PA 2015 como parte del Coro de KMC, incluido en la programación del evento. Pero cuando sólo cinco personas del coro obtuvieron visas (incluídos Rebecca y su hijo, pero no su hija), fue una gran desilusión.
“Nos veníamos reuniendo en nuestra casa para ensayar la música ya que no teníamos acceso al edificio de la iglesia fuera del horario de nuestro culto. La gente llegaba directamente del trabajo, y algunos se quedaban a dormir porque no tenían adónde quedarse.
“A algunas mujeres sus esposos las dejaron afuera de la casa porque los ensayos del coro duraban hasta muy tarde. Pero querían participar porque sólo mediante el canto podían expresar la solidaridad unas con otras.
“Cuando nos comunicaron que la mayoría de las visas habían sido denegadas, primero pensé que debería quedarme en casa para darles apoyo moral. Luego, me di cuenta de que debía aprovechar la oportunidad que se me había presentado.
Promover la paz
A fin de contribuir al sustento de su familia, Rebecca da clases sobre el islam dos veces por semana en un seminario jesuita. Tiene una Maestría en Estudios Islámicos de la Universidad St. Paul de Kenia, y ha participado en investigaciones relacionadas con los Debates Sharia, organizados por la Universidad de Bayreuth.
Rebecca también participa en la ayuda a mujeres víctimas de la mutilación genital. “Es una pequeña organización, y trabajamos pacíficamente.” Dado que es una práctica profundamente arraigada en la tradición, los hombres que infligen dichas lesiones, muchas veces no están preparados para el horror del daño que causan.
“Cuando nos reunimos con los agresores que confiesan haber participado en dicha práctica, con frecuencia dicen directamente que no lo volverían hacer nunca más. Trabajamos discretamente. Quisiéramos ayudar a que se recuperen, por lo tanto creamos vínculos.”
“¡Mi vida está llena de planes fracasados!”
¿Cómo se las arregla esta mujer con tantas responsabilidades y exigencias?
“¡Mi vida está llena de planes fracasados!”, expresa Rebecca, riéndose y levantando las manos en alto. “Tenemos un nieto que vive con nosotros, y familiares que siempre entran y salen por diferentes períodos.”
Líderes del CMM hacen fila para que les sirvan la comida
Rebecca ha sido miembro de la Comisión de Fe y Vida del CMM, cargo que dejará al asumir como vicepresidenta de la organización. Está convencida del valor y la necesidad del cuerpo mundial.
“Lo genial del CMM es la fraternidad y el trabajo en red. Compartimos nuestras historias. Nos reunimos y descubrimos que somos un solo cuerpo.”
“Hallamos fortaleza más allá de las clases sociales, más allá del estatus. El CMM me da valentía. Siento que estoy en el lugar correcto. Aquí en la Asamblea, me conmueve tanto ver a líderes del CMM, pastores y otros líderes de iglesias haciendo fila para que les sirvan la comida, como todos los demás. En muchos otros contextos, les habrían llevado la comida en lugar de que tuvieran que esperar en una fila.
“Me conmueve profundamente cuando regreso a casa y veo a mujeres que viven en viviendas de cartón, a menudo sobre aguas servidas, y me preparan un té fuerte (seguramente haya pedido prestado el dinero para comprar el té).
“A veces me siento débil. ¿Voy realmente por buen camino? Pero nada de lo que estoy haciendo lo hago sola.
“Recuerdo que mi mamá decía, ‘Ama a tus enemigos’. Creo que es algo que Dios está haciendo dentro de mí. No soy perfecta. Claro que me fastidio.”
“Sin embargo, me parece que con el tiempo, la gente que ha dicho cosas fuertes, que se ha opuesto a cuestiones de la iglesia que parecían importantes, esas duras discrepancias a menudo se arreglan solas, o al menos parece que ya no se interponen entre nosotros.”
Esta mujer tiene mucho que aportarle al liderazgo del Congreso Mundial Menonita.
Phyllis Pellman Good, escritora y redactora del Congreso Mundial Menonita.
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